Dr/a.
Tengo 83 años y hasta hace unos tres meses no tenía ninguna
enfermedad grave, si bien a los 64 años me extrajeron la vesícula biliar (por laparoscopia) y tuve complicaciones muy importantes durante la intervención y dificultades serias con un largo postoperatorio. Desde entonces (en torno a 18 años) no han pasado nunca mas de cuatro meses que no haya tenido molestias abdominales, pero superandolas siempre en una a dos semanas.
Hace ahora dos meses y medio, y después de varios meses con probables muestras de tener el sistema inmunológico bajo (tuve un hiperzoster embrionario en la espalda y una neumonía en el espacio de 8-10 meses), me detectaron una tumoración maligna (adenocarcinoma) en el duodeno, afectando un poco la cabeza del páncreas; el tumor tenía unos 3 cm. de diámetro).
En ese momento, y al realizarme una analítica muy completa, obtuvieron un valor de 9,5 para el antígeno carbohidratos C-19.9. A las tres semanas de la extracción del tejido que permitió determinar que se trataba de un adenocarcinoma, me volvieron a realizar una analítica de sangre y el antígeno C-19-9 arrojaba un valor de 28. Me propuse entonces seguir una
dieta muy estricta, y en un tercer análisis, hace unos días, han detectado que el valor de ese antígeno había descendido a 22. Debo decirle que hasta hace mes y medio yo jamás había cuidado esmeradamente la alimentación.
¿QUÉ LE PARECE QUE PUEDE DEDUCIRSE DE LA EVOLUCIÓN DE ESE MARCADOR TUMORAL? ¿PUEDO SER OPTIMISTA EN CUANTO A UNOS HIPOTÉTICOS BUENOS RESULTADOS DE LA DIETA RESPECTO A ESA EVOLUCIÓN?
MUCHAS GRACIAS.