Enfermedades del bebé:
Hay algunos casos excepcionales en los que el bebé no puede recibir ningún tipo de leche, sino fórmulas que no contengan determinados compuestos. Estas enfermedades son la galactosemia clásica y la enfermedad de la orina en jarabe de arce. Incluso en el caso de fenilcetonuria, la lactancia con fórmula especial podrá ser complementada con pequeñas cantidades de leche materna bajo una estricta supervisión.
La galactosemia es una enfermedad enzimática hereditaria, transmitida como un rasgo autosómico recesivo y cuya ocurrencia es aproximadamente de 1 por cada 60.000 nacimientos entre personas de raza blanca, mientras que la tasa es diferente para otros grupos.
La enfermedad de la orina con olor a jarabe de arce (MSUD, por sus siglas en inglés) es causada por una anomalía genética. Las personas con esta afección no pueden metabolizar los aminoácidos de cadena ramificada leucina, isoleucina y valina, lo cual lleva a una acumulación de estos químicos en la sangre.
La fenilcetonuria es una enfermedad hereditaria, lo cual significa que se transmite de padres a hijos. Ambos padres deben transmitir el gen defectuoso para que el bebé padezca la enfermedad, lo que se denomina un rasgo autosómico recesivo. Los bebés con fenilcetonuria carecen de una enzima denominada fenilalanina hidroxilasa, necesaria para descomponer un aminoácido esencial, llamado fenilalanina, que se encuentra en alimentos que contienen proteína.
El uso de los suplementos (leches artificiales), en los demás casos, solamente debería introducirse, por razones médicas, cuando se confirme que la leche materna no es suficiente alimentación una vez estudiado a fondo cada caso y utilizándose antes las técnicas que ayudan a remontar una producción: lactancia a demanda, observación de la postura y el desarrollo de las tetadas, insistencia en la lactancia nocturna y la compresión mamaria y apoyo de grupos especializados.
En los bebés hay que tener mucha atención ante pérdidas de peso y signos de deshidratación o poca actividad, aunque sean síntomas leves, pues en esos casos hay que actuar de forma directa. En principio, un descenso del percentil, mientas exista crecimiento y el bebé esté activo y moje pañales no supone un problema que requiera la introducción de sucedáneos de forma inmediata. En estos casos, acudir a un pediatra con amplios conocimientos sobre lactancia materna, pero es extraordinariamente raro que un niño que mame baje de peso.